Fue consagrante el obispo de Añatuya, monseñor José Melitón Chávez, y co-consagrantes el cardenal Luis Héctor Villalba, obispo emérito de Tucumán, y monseñor Carlos José Ñáñez, arzobispo de Córdoba. Concelebraron una veintena de obispos y un gran número de sacerdotes del clero local.
Al concluir, encomendó la misión a monseñor Gottau, como pastor “que ama y ora mucho por su pueblo”, y a la Virgen “que habitada por el Verbo en su vientre, partió y fue sin demora, que pose su mirada misericordiosa sobre vos y tu misión entre nosotros”.+
Al concluir la celebración el nuevo obispo expresó unas palabras a la comunidad presente: “Llego aquí como un peregrino y les pido ser acogido en su casa. No tengo más que agradecer a Dios, uno y trino, que, por su generosidad desbordante nos da pruebas de su amor, por su gran ternura, por su entrañable misericordia. El Señor siempre toma la iniciativa y me invita a seguirlo por sus caminos, por eso mi sorpresa y susto cuando me convocaron a esta misión. Pero tengo la firme certeza y la entrañable confianza que la misión es de Dios y Él me dirá dónde seguirle el rastro, dónde poner la mirada y el corazón y así nos revelará su rostro”.Luego agradeció a su familia de sangre, “que me acompañaron con cariño”, a las comunidades por las que pasó, “que me ayudaron a vivir el ministerio”, a los catequistas y grupos, “por su ejemplo claro y entusiasta”, a sacerdotes y consagrados, “que me mostraron que vale la pena dar la vida”. A la familia religiosa, “con quienes compartí apostolado y fe, que me han labrado para crecer”. Al papa Francisco, “porque me pide abrazar a esta nueva familia que es la diócesis de Añatuya, para caminar juntos en esta tierra santiagueña sagrada”. Y a los presentes: “Gracias por rezar por mi desde que fui elegido, aun cuando no conocían mi nombre”.

Anheló “que juntos podamos mantener ese fuego de la comunión y que como Iglesia sigamos transitando la gracia de la palabra, la presencia del resucitado, fuego que no se apaga, que transforma, que lleva de luz la vida”.
Monseñor Corral anunció: “Vengo a cumplir el anuncio alegre del Evangelio, el servicio humilde y sincero a la vida, el testimonio valiente de los valores del Reino”, y pidió a la comunidad “que me ayuden a sintonizar mi corazón con el de ustedes, para aceptarnos, entregarnos con reciprocidad y alentarnos para no perder el gusto de ser pueblo”.
Finalmente, recordó a monseñor Gottau, primer obispo de la diócesis y le pidió a San José que le regale “la fe humilde y serena del que sabe perseverar en la voluntad”, y a la Virgen de Huachana: “protege a todo el santo pueblo fiel de Dios, para que como discípulo misionero de tu Hijo, cuidemos el fuego sagrado de la comunidad”.+
Crónica de AICA