La fiesta central
El miércoles 31 de julio, se realizó la procesión central con la Virgen de Huachana y la Virgen del Valle, encabezada por el obispo de Santiago del Estero, monseñor Vicente Bokalic CM. Al llegar al santuario el prelado presidió la misa central, acompañado por el vicario general de la diócesis de Añatuya, presbítero Guillermo Burdet, y numerosos sacerdotes peregrinos.
Durante su homilía, monseñor Bokalic, hizo referencia al lema de la fiesta e invitó a mirar a María, “como un ejemplo de oído atento a la palabra de Dios”. “Ella pudo decir sí a la voluntad de Dios porque estaba muy atenta”. Luego hizo referencia a la importancia de “la disposición de atender, hacer silencio y escuchar”, porque “uno de los grandes problemas de hoy es que no sabemos escuchar y no sabemos hacer silencio”. “El monte es una escuela de silencio. Y aquí quiso quedarse la Huachanita”, expresó.
“Como necesitamos, en tiempos de apuros y de tantas preocupaciones, hacer silencio para que el Señor nos hable en nuestra conciencia. Nosotros creemos en un Dios que quiere dialogar con nosotros, quiere comunicarse, nos quiere hablar y así le hablo a María y a los santos. Necesitamos escuchar y bajar el nivel de confrontaciones”.
Dirigiéndose a los miles de fieles presentes en el santuario, les dijo: “En Huachana estamos felices porque en nuestro interior hay algo nuevo que nos dispone a escucharnos entre nosotros. Si podemos parar un poquito y silenciar, Dios va a estar hablándonos con sus palabras de ternura, de bondad, de misericordia. Quizás también sintamos algún tirón de orejas porque a veces no andamos bien. Pero esa corrección quiere reconciliarnos y dar vida nueva”.
Monseñor Bokalic recordó que María siempre escuchó, “pero con el otro oído en el Evangelio”, y animó a renovar el deseo de encontrarnos “con ese Dios que nos habla a nuestra vida”, y a “escuchar la palara que nos da vida, que ilumina nuestras mentes y tiene la fuerza en sí misma para provocar grandes transformaciones en nuestras vidas”. “Necesitamos sentir el hambre de esta palabra que nos da vida. Pidámosle que en este día que estamos reunidos como pueblo de Dios podamos renovar nuestro amor a María Santísima y que sea ella ejemplo de nuestra entrega al Señor, pero escuchando su palabra y escuchándonos entre nosotros”, concluyó.
El obispo de Añatuya, monseñor José Melitón Chávez, quien pese a su enfermedad no pudo estar presente en la fiesta, envió un mensaje a la comunidad presente en el que expresó: “Quiero saludarlos con el corazón y recibir con ustedes la bendición de la Virgencita. Quiero compartir con ustedes la experiencia del camino”. Envió un especial saludo a los servidores del santuario, “su trabajo nos hace devolver la alegría del pueblo de Dios a nuestros corazones”, y deseó “que lo que se viva aquí, pueda desplegarse durante todo el año”.
Asimismo, el obispo coadjutor electo de la diócesis, monseñor José Luis Corral, se hizo presente para los peregrinos pidiendo que “la Virgen de Huachana nos enseñe a ser hijos y hermanos, y podamos promover la cultura del encuentro”. Al tiempo que rogó “que no falte el pan, el trabajo y la salud y que sea fuente de bendición para todos”. “Sigamos a María escuchando su mensaje: ‘Hagan todo lo que él les diga’”.
En preparación para el bicentenario
En 2020, se cumplirán 200 años de las apariciones de la Virgen a la pequeña Telésfora Verón, la niña que, en la soledad del monte, vio a María numerosas veces. Cuando lo contó a su familia, nadie le creyó, es más, todos consideraban que estaba loca. Una noche, los vecinos de Huachana decidieron comprobar los dichos de la niña. Se reunieron en el lugar de las extrañas apariciones y esperaron al abrigo de una fogata. Al amanecer, y entre las llamas, María los sorprendió con su figura. Desde aquel entonces, la imagen es venerada en este rincón impenetrable y polvoriento de la provincia, a 80 km al oeste de Campo Gallo.
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